La procesión del Corpus Christi en Toledo
Se trata de la fiesta más importante de la ciudad imperial y se remonta al año 1418
Un año más Toledo engalana sus calles para celebrar la mayor fiesta de la ciudad, el Corpus Christi, fiesta declarada de Interés Turístico Internacional en 1980. En ella tiene lugar uno de los eventos más importantes de la localidad, la procesión del Corpus Christi, en la que la Custodia de Enrique de Arfe porta al Santísimo por la calles de la ciudad.
Son muchos los elementos, tradiciones y costumbres los que envuelven y componen esta procesión, que sigue un protocolo muy extricto en cuanto al orden procesional y en el que hay que destacar la enorme riqueza de esos elementos como por ejemplo la Custodia de Arfe, que detallaremos más adelante.
A continuación paso a describir los elementos más importantes y característicos de este acto, además del protocolo establecido para el orden procesional de las Cofradías, Hermandades, Ordenes Militares y Religiosas, Autoridades, etc que componen la procesión.
LAS CALLES
El laberinto de calles del Casco Histórico de la ciudad, por el que transcurre el recorrido procesional, se engalanan, adornan, y se cubre bajo palio como muestra de respeto al Santísimo que procesionará por ellas y que además sirve de resguardo del sol para los asistentes y componentes de la procesión.
Hay que destacar la ornamentación floral natural de las calles del recorrido procesional, además se realiza un concurso municipal en el que se premia la mejor decoración para esta ocasión y se realizan auténticas obras de arte y escultóricas dignas de admiración.
El mismo día de la procesión, a primera hora de la mañana, esparcen tomillo por el suelo de las calles del recorrido procesional, lo que hace que vivas esta experiencia con los 5 sentidos.
El olor a tomillo e incienso, el repique de campanas, salvas, música procesional y eclesiastica, el bullicio del gentío, el colorido de las calles, hacen que el Corpus Christi en la Ciudad Imperial sea único, muy especial y lleno de sensaciones que en el momento en el que la magnífica Custodia de Arfe pasa ante ti, parece sentir un pellizco en el alma que hace que "la carne se ponga de gallina" y "los pelos de punta".
LA CUSTODIA DE ARFE
La gran custodia de Enrique de Arfe (encargo del cardenal Cisneros) que elaboró entre 1517 y 1524. Es de traza gótica arcaizante y de una gran belleza arquitectónica. En un principio se labró en plata pero a finales del siglo XVI el arzobispo Quiroga mandó que se dorase, para hacer juego con la custodia del altar mayor, que es de madera dorada.
La custodia tardó siete años en elaborarse y su coste superó los quince millones de maravedíes, de los que Arce recibió, además de los 2.700 reales estipulados, un aguinaldo de 2.500 maravedíes que el cabildo catedralicio le entregó en la Navidad de 1523 impresionado por su trabajo.
Tiene planta hexagonal. Se va elevando en columnillas que están primorosamente ejecutadas, con adornos en pedrería y variadas figuritas de ángeles, santos, florones, campanitas y espigas. El conjunto se cierra en el último cuerpo donde está colocada una cruz del siglo XVI. La peana sobre la que se sustenta es barroca del siglo XVIII. En todo el conjunto puede verse la parte más antigua que corresponde al núcleo central donde está la custodia. Esta custodia (en oro puro) fue hecha en Barcelona por el orfebre Jaime Alberique, a finales del siglo XV con el primer oro que Cristóbal Colón trajo de América. Fue un encargo de Isabel la Católica para su uso privado devocional. Cuando murió la reina sus albaceas hicieron cumplir varias mandas testamentarias para lo cual tuvieron que vender parte de sus pertenencias entre las que se encontraba esta custodia. La compraron los canónigos de la catedral de Toledo hacia 1505 y años más tarde fue cuando a instancias del cardenal Cisneros decidieron ampliarla con la gran obra de Enrique de Arfe.
En Toledo se tiene por costumbre desde el año 1595 sacar esta custodia en la procesión del Corpus Christi, sobre una carroza fabricada para este fin con una nivelación muy ajustada que se acciona mecánicamente. En la procesión van por delante de la custodia las autoridades políticas y eclesiásticas y detrás los cadetes de la Academia de Infantería.
La custodia está armada con la ayuda de 12.500 tornillos que la sujetan, 5.600 piezas diversas y 260 figurillas. Se emplearon 183 kg de plata más 18 de oro. EL RECORRIDO PROCESIONAL
"Es algo que hay que ver, sentir y vivir en primera persona"
Corpus Christi en Toledo
07/06/2012
11 de la mañana
Néstor Sánchez-Redondo Lara
nsrl@eventisvm.es
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